Una reflexión basada en la vida de Cristiano Ronaldo. Es el testimonio de un hijo agradecido que, con respeto y admiración hacia el autor, quiero utilizar para los fines de mi reflexión.
Cristiano Ronaldo, el futbolista estrella, dijo en una entrevista: Mi madre me crió sacrificando su vida por mí. Ella dormía con hambre para que yo pudiera comer. No teníamos dinero para nada. Ella trabajaba 7 días a la semana y, por la noche, como limpiadora, para comprar mis primeros botines y así yo pudiera ser jugador. Todo mi éxito está dedicado a ella, y mientras tenga vida, siempre estará a mi lado, teniendo todo lo que yo pueda brindarle. Ella es mi refugio y mi mayor regalo.
El testimonio de este hijo agradecido, que ha sabido honrar a su madre por el sacrificio y esfuerzo que hizo por él, nos lleva a pensar: ¿Será acaso esta la razón por la que hay tantos hijos viviendo miserablemente? Resentidos, amargados e infelices, culpando a sus padres por la escasez y pobreza que vivieron en su infancia.
También es verdad que hay muchos hijos resentidos con sus padres por haber sido injustos con ellos cuando eran niños. Pero nada justifica la venganza contra sus padres. Los hijos no somos jueces de nuestros padres; de eso se encarga Dios. La injusticia está asociada con el sentimiento de rabia. Cuando este sentimiento no se gestiona correctamente, se distorsiona. Entonces, la rabia se convierte en frustración, la frustración en impotencia, la impotencia en amargura, la amargura en violencia, y la violencia en odio.
Estas experiencias familiares dejan a algunos hijos vulnerables ante todo tipo de abuso e injusticia infantil, convirtiéndose en víctimas y afectando su inteligencia emocional. No creo que sea fácil enfrentar estos eventos, pero tampoco es imposible. Recuerda, tus padres son seres humanos imperfectos, como tú y yo.
Desde mi experiencia personal y profesional, recomiendo a todo hijo que tenga memorias negativas vivas de su infancia que deje de ver la vida desde el retrovisor y tome la decisión de perdonar a sus padres. El perdón es el antídoto para sanar las heridas emocionales y físicas y recuperar relaciones rotas. Ellos, ya sea por ignorancia, omisión o descuido, no cuidaron ni protegieron a sus hijos como debían y merecían.
Llama la atención que en la Biblia hay un mandamiento acompañado de una promesa que muchos hijos ignoran, perdiéndose así la bendición de este mandamiento. Es importante decir que obedecer este mandamiento no nos convierte en buenos hijos, sino en hijos obedientes a Dios.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien y tengas larga vida sobre la tierra.
Efesios 6:1-3