¿Amor una locura, un virus, una enfermedad incurable o una experiencia mística?
¿Cómo curarse del amor y reinventarlo en una virtud para la vida personal y las relaciones? Nos preguntamos, ¿Qué es el amor?, la respuesta viene de todos lados:
Una locura afirman los que no la entienden. Una enfermedad incurable, los que la sufren. Un producto de consumo para los que la explotan, o una experiencia mágica para los que la disfrutan. Todos quieren vivir el amor, pero nadie quiere entenderlo.
El amor es una de esas experiencias que es mejor sentir y no definir responsablemente. Por ejemplo, ¿Es el hombre capaz de amar? ¿Quién ama más, el hombre o la mujer? ¿Cómo se explican tantas locuras en los que aman?
La educación que recibimos respecto al amor, nos ha dejado colgados en la confusión: amor versus odio, amor versus sufrimiento, amor versus abandono, amor versus sexualidad, amor versus mentiras, amor versus pantalla, amor versus chantaje, amor versus felicidad.
Cuando amamos no sabemos quiénes somos, ni qué queremos, perdemos la cabeza. Y de ahí saltamos a la paradoja: amar para odiar, amar para sufrir, amar para depender, amar para sacrificarse, amar para morir.
Desde este planteamiento podemos comenzar a preguntarnos, ¿Por qué es tan difícil amar? La trampa está tendida para todos: para los adolescentes que lo descubren en la sexualidad, y juran que aman con toda su alma.
Para los novios quienes se encuentran a sí mismo a través de la proyección. Para los recién casados, quienes se enamoran del amor, y juran que es eterno; lo que para muchos apenas dura meses o años. Para los adultos que lo sufren y reinciden para no quedarse solos, y para los ancianos que amar es la soledad.
¿Pero dónde está el amor? ¿En el otro que me complementa? ¿En mí mismo que busco satisfacer la necesidad? Lo que vemos en el cine y la televisión mata el amor, son modelos que no representan la realidad; con muy buenas intenciones, pero con mucho exceso de fantasías; donde los protagonistas representan una personalidad que no es sustentable en la vida real.
Ambos, artistas y productores, proyectan su propia vida llena de insatisfacción, a una audiencia maltratada y vacía que busca respuestas personales en esos modelos disfuncionales.
El amor es una necesidad fundamental, amar y ser amado, si no se recibe, se cae en el vacío, en la soledad. Si se usa mal, terminarás en abandono y despecho, es una experiencia por la cual muchos deciden morir o vivir muertos. Amor es contacto. Abandono es depresión. Amor es vida, curación, perdón, salud, bienestar, autoestima en plenitud.
Amor no es cariño, ni aprecio, ni coqueteo, ni insinuaciones, ni sexo, ni hormigueos, amor va mucho más allá. Está adentro y se proyecta desde adentro hacia fuera en la imagen del amado. Amar es mirar desde la intimidad personal hacia el otro, en el diálogo y aceptación.
El amor es una virtud. El amor activa la energía, lo químico, lo fisiológico, lo psicológico, lo social y lo espiritual; es decir, involucra todo el ser, alcanzando la máxima expresión de la autoestima.
El amor activa las hormonas serotonina y oxitocina; son las hormonas del amor y de la confianza, responsables del bienestar y la felicidad. Amor es límite, respeto, transparencia, honestidad, responsabilidad, compromiso y lealtad.
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Cantares 8:7