¿Qué hace que una pareja sea feliz y otra sea infeliz?
Lo aprendido en el hogar no siempre ayuda. El modelo de autoridad de nuestros antepasados resulta contradictorio a la dignidad de las personas. Nuestros abuelos quizás se divorciaban menos, porque, aunque no conformaban una pareja efectiva, ciertamente cada uno se mantenía en su rol como hombre y como mujer, y así se organizaban y se acomodaban.
Nuestros abuelos no encontraron las mismas dificultades que una pareja moderna encuentra hoy. Tal vez porque el hombre se veía como el más fuerte, y la mujer se veía a sí misma como frágil, débil, vulnerable, resignada y sumisa. Tal vez ambos no eran conscientes, o tenían otros valores, creencias, o tal vez ellos se tenían más paciencia, resignación, o se querían más por razones equivocadas, o simplemente porque todos creían que la pareja era más espiritual y menos terrenal.
Lo cierto es, que todos pensaban que ser pareja era algo que todo el mundo debía tener. Hoy en día, la experiencia de la pareja la hace la pareja. Es decir, que el modelo de pareja que cada uno conoció de pequeño, la de su papá y su mamá, o la que aprendieron en su círculo de influencia; lo traen a la pareja de este presente, con sus atracciones y animadversiones. Es decir, que poco conocen de lo que es ser una pareja efectiva ya que aprendieron de modelos recogidos por todos lados, de personas influyentes; y de esos modelos se derivan paradigmas, valores, creencias, normas, actitudes, y comportamientos que afirman y niegan a la pareja.
Todo un mundo de expectativas, de deseos, de buenas intenciones, de principios morales que agregan colorido, y la hacen un tanto más complicado. El hombre moderno, aunque rechaza la complejidad permanece inmerso en ella, y prefiere con frecuencia buscar salidas fáciles.
Por ejemplo: negarse a sí mismo, quedarse sólo, buscar otros modelos de relaciones sin compromiso. Quedando a merced de las circunstancias, buscando satisfacer sus necesidades de distintas maneras, y en cuestiones que atentan en contra de su inteligencia emocional.
¿Cómo se construye una relación saludable?
El punto de partida son las necesidades. Necesidades que cada uno tiene, que se comparten, y producen satisfacción y bienestar. La necesidad de hacer contacto, de sentir al otro, de sentirse con alguien especial, de comunicarse, de compartir la vida, de verse, tocarse, abrazarse, besarse, etcétera.
Todas esas necesidades comunes, son la puerta de entrada del amor. Dos personas que se ven y sienten atraídas, se comunican, acuerdan, y terminan por definir sus proyectos, objetivos y contextos.
Recomiendo, a todos los que están en busca de una relación de pareja saludable; o los que ya están en una relación de pareja, que inviertan tiempo, para revisar los modelos, patrones, y creencias que los limitan, y que cada uno trae como referencia personal.
Para esto, sugiero a un profesional que trate el tema de la pareja desde una perspectiva holística, es decir, que vea los tres aspectos del ser humano: mente, cuerpo y espíritu.
Nadie debiese comprometerse en una relación de pareja, sin antes hacer una revisión de sus modelos, patrones y creencias de pareja; para garantizar una relación no perfecta, pero si, una relación de amor, de respeto, sólida, equilibrada, y equitativa.
Yo soy de mi amado, y conmigo tiene su contentamiento.
Cantares 7:10