¿Has considerado la posibilidad de estar resentido sin que seas plenamente consciente?
Les comparto la pregunta, porque después de observar la manera en que ciertas personas se conducen; he visto un patrón que se refleja en su lenguaje verbal y corporal, me refiero al reseIntimiento, y al lenguaje de víctima.
Ejemplo de la conducta de un resentido: son indolentes, inestables e inconstantes, rebeldes, soberbios, amargados, antagonistas, miedosos, escépticos, incrédulos, cuestionan, y son indiferentes.
Y como víctimas se expresan: con quejas, critícan, juzgan, inconformes, conformistas, resignados, envidiosos, susceptibles, sumisos, enfermizos y depresivos.
¿Cuándo pudo haber comenzado el resentimiento en estas personas?
En la niñez, es decir, cuando un niño es abusado psicológica, física, o verbalmente, él no culpará a sus padres, sino se culpará a sí mismo. Se culpará de haber nacido, de merecerse todos los abusos por ser un niño malo para todo, y bueno para nada.
Resentirá y culpará a Dios, por haberlo hecho nacer en un ambiente familiar tóxico, y por no protegerlo del abuso infantil; dejándolo sufrir y padecer, de los adultos que estuvieron a cargo de su cuidado.
Las memorias, y los sentimientos causados por todo lo mencionado anteriormente, quedan grabadas en la mente subconsciente del niño. Entonces, para cuando él comience la adolescencia, se iniciarán los destellos de resentimiento contra sí mismo, contra sus relaciones, y contra Dios.
Cuando las personas guardan sus secretos de la infancia, pienso que lo hacen para protejerse, por miedo a no contarlos, por vergüenza, por no ser juzgado, criticado, rechazados, o por ignorancia.
Pero no son conscientes de las consecuencias a largo plazo, y de la carga emocional que esto representa para sus vidas, y en sus relaciones interpersonales. Después, somatizarán, comprometiendo su salud física, mental, espiritual, y su felicidad.
Les recomiendo dos cosas, a todos los qué se sientan identificado con el tema: busca ayuda profesional holística. Reconcíliate contigo y con Dios. Vivir la vida en libertad, es vivir en agradecimiento, y en plenitud de la autoestima.
Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
Salmos 32:3