Marginal es el desarraigado, desubicado, el que se impide el crecimiento, el que se niega a ser lo que es, no expresando sus sentimientos y sus necesidades, el que cambia todo por cosas: Objetos de cualquier tipo, para sentirse querido y en contacto. Marginal es el que no acepta límites y se convierte en un invasor de los demás.
Marginal es el que responde con violencia inmediata y desconoce las necesidades de otros y el que utiliza al otro como recursos, ignorando los propios. El que vive de la contingecialidad, sin concentrarse en su aquí y ahora, vive de tal vez, del quizás, del de repente, del por si acaso, de a lo mejor, o ya veremos. El marginal vive del accidente inesperado, de las inclemencias del tiempo, de las enfermedades hereditarias, de la traición del amigo y de los prejuicios sociales. Vive deprisa y en confusión, sin CONTACTO. Predica la revolución, auque jamás se haya sometido a la suya propia.
En el fondo, la diferencia entre un delincuente y un marginal pudiera ser cuestión de estrategias y métodos. Ambos son marginales desvalorizados, incrédulos de sí mismo, expresando su desvalorización con diferentes sintaxis. Los dos desde el mismo vació y la misma insatisfacción y soledad. La marginalidad está en la persona que niega y destruye la energía de su autoestima. Marginalidad, insisto, no es únicamente una clasificación socio-económica, ni cultural, ni social, ni geográfica, ni siquiera política; es por encima de mentiras apoyada por un sistema al cual le interesa que existan los marginales.
Es definitivamente, la conducta de la no Expresión, de la no Experiencia, de la no Conciencia, la enfermedad de las sociedades. Grecia y Roma fueron culturas grandiosas y se convirtieron en pueblos marginales cuando sus gobernantes se hicieron marginales. Hoy día tenemos una serie de etiquetas para diferenciar pueblos, auque no es más que una descalificación a veces requerida por los mismos intérpretes. “El tercer mundo” “pueblos subdesarrollados” son expresiones de la marginalidad.
Se mantendrán así hasta que esas misma sociedades, expresándose a través de de formas más efectivas de liderazgo y responsabilidad por el bienestar de todos. No podemos negar que hay pueblos hambrientos, pobres, con escasos recursos. La historia ha demostrado, sin embargo, que cuando existe la voluntad creadora, hasta los desiertos se convierten en oasis y fuentes de trabajos.
Hemos visto surgir naciones que han transformado su geografía, porque tienen como pueblo una conciencia de grandeza y un destino, producto también de tomas de conciencia. Hay otros sin embargo, que pasaran de pueblos ricos en recursos de a pueblos empobrecidos, por la absoluta falta de conciencia como pueblo. Hay factores en el comportamiento individual y social que van más allá de lo económico y externo.
Si vivo en una casa de cartón y hojalata es porque he decidido vivir así. Si a mi lado hay basura, desperdicio, aguas negras, chatarra, violencia, es porque he decidido vivir ahí. Hay dediciones para la comodidad y hay dediciones para la vida. Las dos cosas son incompatibles. Si decido no trabajar, es obviamente una decisión mía. No puedo justificar mi lamento de que no tengo qué comer. Ni siquiera la enfermedad es justificable. Que me lo den o hagan todo, es una renuncia hacer algo por mí mismo. Reconocemos que la arteriosclerosis de la mayoría de los seres humanos es tan grande, que si por ellos fuese, este mundo se caería a pedazo en cinco minutos. Jamás saldrá de su propio caos.
Vivirán marginales y morirán con inefectividad. Racionalizarán su capacidad con los “no tengo”, “no puedo”, “no se”, y “no debo”, pero en el fondo será siempre un “no quiero hacer algo por mí mismo”. El día que yo eche andar, ese día el mundo entero se moverá para mí. Habrá comenzado la revolución verdadera, la del hombre para el hombre. Es imposible vivir de prestado o mantenido por los ideales de otros. La vida es una empresa única y personal. Mi vida la hago yo, la sufro yo, y la gozo yo. Después vendrá el compartirla.
Afortunadamente, miles de personas dicen a diario adiós a la marginalidad: Se despiden, se separan, emigran, se transforman, mueren. Naciones enteras se han formado con millones de personas dirigidas por una conciencia determinada a ser una fuerza interna que les impide pactar con lo externo y busca superarse y reorientar sus vidas.
El haber nacido pobre, sin recursos, abandonado, huérfano o desamparado, no es una excusa aceptable en un mundo donde la gran característica del estar vivo, es hacerse así mismo. Cuando hablamos de marginalidad, nos estamos refiriendo a una totalidad sin concluir, con muchas situaciones de atrás abiertas. El sistema de la autoestima del individuo, queda desintegrado cuando faltan algunos de los siguientes elementos.
* El sí mismo.
* El contexto individual.
* El entorno mismo, lo de afuera, lo no experimentado.
Los científicos y los estudiosos del problema insisten en que son factores económicos, sociales, culturales, y hasta geográficos, los que configuran este comportamiento. Yo quiero insistir: En todo marginal hay una disposición y una actitud hacia el ser marginal. Existe una respuesta no integrada en estos tres pasos. Cuando el individuo logra hacerlo, encuentra que hay caminos hacia la realización propia, la liberación y la exaltación.